jueves, 26 de febrero de 2015

VIVENCIAS, VIOLENCIA Y CULTO A LO FEMENINO.

VI Jornadas Internacionales de Estudio de El Rebollar
X Coloquio P.R.O.H.E.M.I.O.
13-14 de Julio de 2013

 Robleda y Navasfrías

1.-DE NAVASFRÍAS  A GRANADA (UNA MUJER  PRECURSORA)

2.-LAS VIOLENCIAS COTIDIANAS

3.– CULTO A LO FEMENINO  (JUSTICIA POETICA)

POR
T O M  Á S   A C O S T A   P Í R I Z



El valor de la vida es aquello en lo que creemos y personalmente estoy convencido, equivocado o no pero convencido, que la historia nos enseña cómo estar creando metas a las que no llegamos nunca al cien por cien y cuando creemos llegar se destruyen creando espejismos que no van a ninguna parte. Estamos comenzando continuamente como en el mito de Sísifo, condenados eternamente a empujar una piedra hasta la cima de una montaña e inevitablemente cayendo una y otra vez rodando hasta el valle que habitamos. Solo hasta cierto punto es un esfuerzo inútil porque mientras dura ese empuje hay que disfrutar y pensar que hacemos lo más útil y eso es lo que está ocurriendo con el intenso avance que la mujer está dando abriendo parcelas de libertad que estaban vedadas por una sociedad algo más que machista, una sociedad injusta con la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.
Desde mi punto de espectador de las cosas que pasan en este mundo conocido, tan lleno de incertidumbres y desafíos, miro, veo y estudio las realidades para asegurar lo que pretendo con esta intervención relacionada con la mujer. Quiero destacar el esfuerzo personal y la valía de quien quiere poner su inteligencia en servicio superando todos los obstáculos.
Este reto es el que me ha traído y en mi tiempo ocupado encontré alguna historia, gran historia supongo para quien la vivió.
El ocho de enero de mil ochocientos noventa y tres nació en Navasfrías Eudoxia Píriz Diego.







Recordemos que Don Primitivo Montero Pérez, natural de Navasfrías había nacido tres años antes, el 14 de octubre de 1890 y que fue maestro en la etapa en la que se inauguraron las escuelas en Octubre de 1925 donde se ubica el actual Hogar del Jubilado.
El censo de 1900 de Navasfrías confirma 1459 habitantes.
Situados en esa época, Pedro Píriz Alejo conseguía en mil ochocientos ochenta y ocho su nombramiento para ocupar la escuela de San Juanico el Nuevo, un pequeño pueblo de Zamora, pero su mente despierta y el interés que ha de ser en él una constante para ir mejorando, le hacen salir airoso de unas oposiciones el veinticinco de mayo de mil ochocientos noventa en la que es aprobado por unanimidad logrando el quinto puesto y pudiendo elegir entre los destinos vacantes. Eligió Navasfrías, escuela dotada con un sueldo de ochocientas veinticinco pesetas.
Anteriormente a mil ochocientos ochenta y nueve ya existían dos maestros en Navasfrías, uno para niños y otro para niñas. En mil ochocientos cincuenta y siete la Ley Moyano o de Instrucción Pública había programado la enseñanza en tres ciclos. Pedro Píriz Alejo viene a Navasfrías a la escuela que existía en el antiguo ayuntamiento donde también había dos viviendas para los maestros. Una de ellas debió ocupar Don Pedro con su mujer Mercedes Diego Viñas.
 Después de nacer Rodolfo, un varón que murió a los diez meses, nació Eudoxia en mil ochocientos noventa y tres. Fue bautizada por el sacerdote Don Víctor Herrero Jato siendo padrinos Tomás Acosta Naváis y su esposa Carmela Caballero Almaraz.
En Navasfrías iría conformando una familia numerosa. Nació Crescencio en 1894 (acabó  su vida en  infortunio muriendo a los treinta y tres años), Máximo nació en 1896 (se hizo Farmacéutico), Sofía en 1897 (fue maestra en 1920), María del Carmen nació en 1900 y ejerció de maestra en 1923 en Adra (Almería).
Don Pedro hace nuevas oposiciones  para subir en el escalón económico pero ha hecho la suficiente economía para hacerse prestamista de muchos navasfríeños de los que algunos emigraron a América sin satisfacer sus deudas. Se marcha a Salamanca como auxiliar de una escuela de la Normal y no es hasta el año 1906 cuando traslada a toda su familia a Granada de la que dice en su carta de 25 de mayo:
 “Este es un país de lo más pintoresco que se conoce y la alegría y el bullicio reina por todas partes. Las mujeres saladas y graciosas en extremo. Buen país para solteros y con dinero. Las jóvenes cantando granadinas y malagueñas y bailando sevillanas; llevando los vestidos con las piernas a la cabeza, son el disloque”
Eudoxia ingresa en Junio de 1906 en el Instituto General y Técnico de Granada donde logra el Bachillerato en 1911 con un total de quince sobresalientes de honor y ningún suspenso. Obtiene el grado de Bachiller con calificación de sobresaliente. Durante la carrera estudió francés con calificación de sobresaliente y alemán son sobresaliente y premio. Según las cartas particulares que tengo, aún no se había decantado  entre estudiar Farmacia o Medicina eligiendo comenzar sus estudios en la Facultad de Medicina donde logró el grado de Licenciada el 25 de Julio  
 Muy fácil todo ¿verdad?... ¡Pues no tan fácil!
 Siendo una mujer a la que ninguna había precedido antes en esa Facultad porque las normas prohibían el acceso de las mujeres a la carrera de Medicina, debió pagar su osadía y esto fue lo que ocurrió:
En el expediente académico se comprueba a Eudoxia como una estudiante de excepción por la abundancia de sobresalientes premio, destacando sobresaliente y premio en Obstetricia. Sin embargo en el curso 1915-1916 cursa las asignaturas de Terapéutica, Patología Quirúrgica de 1º, Patología Médica 1º, Obstetricia, Anatomía Topográfica y Oftalmología en las que fue suspendida.
Resumiendo los hechos relatados en el libro de actas de la facultad: hacen lectura del expediente incoado por el Decano como consecuencia de un parte del Conserje detallando actos de indisciplina, faltas de respeto y consideración que con el Catedrático de Terapéutica D. Salvador Velázquez de Castro ha tenido el alumno que fue de la Facultad, Crescencio Píriz y la alumna oficial Eudoxia Píriz Diego. Se lee una solicitud de Don Pedro Píriz padre de Eudoxia para que ésta sea examinada de nuevo ante un tribunal que no esté formado por el Sr. Velázquez.
El Catedrático Sr. Velázquez expone al claustro lo que sucedió con la alumna Eudoxia Píriz Diego, la atención que le dispensó hasta examinarla y devolverle la papeleta sin ponerle  la nota de suspenso que según él le correspondía. Esto dio lugar a que el hermano, Crescencio Píriz, intentara agredirle.
 El Sr. Velázquez como catedrático y como caballero, protesta de las afirmaciones que hace Don Pedro Píriz, padre de Eudoxia, en la exposición que dirige al Rector, diciendo que con ademanes descompuestos y palabras descorteses, impidió a que Eudoxia Píriz pudiera realizar el examen de Terapéutica.
Refiere el Sr. Catedrático  que el Claustro  conoce el trato que él da a los alumnos.
El Claustro aprobó la conducta del Sr. Catedrático en el examen, denegando la solicitud de Don Pedro Píriz y  que D Crescencio Píriz, alumno que fue de la misma facultad, faltó al respeto y consideración al Sr catedrático tratando de agredirle en la Facultad y en la calle haciéndole acreedor a una sanción penal. Y que la alumna examinada sea amonestada por haber asignado en su declaración al Sr catedrático, actitudes violentas. El Sr Velázquez  pidió al Claustro benignidad para juzgar la conducta de los Sres. Píriz. Esto le obligará a Eudoxia a repetir curso por sanción académica.
La opinión se decantó y creyó que fue un claro abuso por parte del catedrático al tratarse de la primera mujer estudiante de Medicina. Con su expediente académico no es fácil imaginar otra cosa.
En el curso 1917-18 es nombrada alumna interna con destino a la Cátedra de Obstetricia del Profesor Otero siendo la primera mujer en ocupar ese destino que ganó por oposición. Fue confirmada en ese puesto de la Facultad el 10 de Abril de 1920  siendo la única mujer entre diecisiete hombres.

 Eudoxia terminó sus estudios de Medicina  a los 25 años de edad siendo pionera en un mundo  hasta entonces totalmente masculino.
Continuó ligada a la cátedra hasta el desencadenamiento de la guerra civil aunque siguió en la  práctica de  obstetricia y ginecología.
Estuvo ligada a la organización Juventud Universitaria Femenina como filial de la Asociación  Nacional de Mujeres Españolas hasta el fatídico 1936.
 Esta pertenencia al grupo feminista hace suponer el rechazo por parte de profesores y de los propios compañeros en un ambiente cerrado, tradicional  y poco propicio para admitir cambios sociales.

 Eudoxia ha sido recuperada para la historia en Granada por el proyecto de 1993-94 “Mujeres Ilustres. Propuestas para la inclusión en el callejero” de la Concejalía de la Mujer. Actualmente hay una importante calle dedicada cerca   del lugar que a Federico García Lorca le gustaba visitar y pasar largas temporadas, La huerta de San Vicente (Parque García Lorca)

Creo que todos debemos recuperarla también para Navasfrías y para nuestra comarca porque ella nunca abdicó de pertenecer a su pueblo como se puede constatar en las frases de dos cartas particulares dirigidas a D Emilio Acosta Caballero:

 La primera de fecha 11/06/1945 en la que da la triste noticia del fallecimiento de su padre, D Pedro Píriz Alejo a los 83 años, seguidamente dice:

Aunque yo no le he escrito pues lo hacía mi querido padre, me gustaba saber de ustedes y tener noticias de mi pueblo natal donde comencé a dar mis primeros pasos. Claro está, que muchos de los seres que mi memoria recuerda, porque mis queridos padres los tenían constantemente en sus labios, han desaparecido de este mundo pero su recuerdo perdura en mi alma como las primeras caricias que recibí…(Eudoxia Píriz)
Reitera sus recuerdos  en su carta de 30/08/1955.


Siento no poder estar unos días a vuestro lado para recordar  mis primeros pasos y las personas que aún me recuerdan…Si pudiéramos  el año que viene  iríamos a veros mi hermana Sofía y yo, pues no quiero morir sin ver de nuevo el pueblo y aunque lo tengo en la memoria me han dicho que ha cambiado mucho.
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Bautismo de Eudoxia
 Eudoxia, hija de Don Pedro Píriz y Doña María Mercedes Diego
En la Villa de Navasfrías, Diócesis de Ciudad Rodrigo a once de Enero de mil ochocientos noventa y tres, yo, Víctor Herrero, cura párroco de esta Iglesia de San Juan Evangelista, bauticé solemnemente a una niña que según declaración de sus, nació el día siete del presente a las dos de la mañana a quien puse por nombre Eudoxia, hija legitima de don Pedro Píriz, profesor de primera enseñanza, natural de Palacios del Pan, Diócesis de Zamora y de Doña María Mercedes Diego natural del consignado Palacios del Pan, Abuelos paternos Pedro Píriz y Mariana Alejo, esta natural de Nogales  diócesis de Zamora y el primero de Palacios del Pan. Padrinos, Tomás Acosta, propietario y su mujer Carmela Caballero a quienes advertí el parentesco y obligación que contrajeron. Testigos, Manuel Sánchez y Pedro Pazos. Y para que conste autorizo la presente fecha ut supra. Víctor Herrero
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 Vivencias y violencia es el título que nunca habría querido dar a esta exposición en la cual incluyo un pequeño relato basado en una realidad que no sé si algunos conocen y que escuché en mis innumerables charlas con los amigos portugueses. Esto lo publiqué en la prensa local de Ciudad Rodrigo no recuerdo en qué fecha pero sí ateniéndome a la fidelidad de lo que me contaron. 
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 Andrés y Anita
(Por las sombras de una triste historia)

Andrés tiene ganas de volver a su casa, hacer una escapada desde el exilio para ver a su familia y abrazarla.
Hace días que piensa en ello durante las noches que pasa en el pajar donde se aloja. Allí  va perfilando su nuevo plan de vida. Ya no es el alcalde de aquella aldea extremeña de la cual ha tenido que escapar. Es todavía de los presuntos perdedores y no tiene ganas de hacer batallas porque la vida le parece lo más preciado que existe y no se la quiere jugar en un campo donde las únicas palabras son la fuerza de las armas.
El día que llegó a Lageosa, gracias a los contactos a través de la sierra y por las rutas de contrabandistas, encontró a la familia que lo acogió durante algún tiempo y fue tal la compenetración, que Andrés se sintió  un miembro más. Si había que llevar ganado a pastar cogía una vara y ayudaba, si había que regar las patatas, Andrés hacía el turno como si para él fuera el fruto del trabajo.
Cada día de estancia en esta “pensión” incluida su cama en el pajar, le costaba una peseta y cada cinco días Andrés entregaba un duro de plata a la señora.
 Anita apareció  un día cualquiera muy cansada, llorando, con un pequeño hatillo de ropa bajo el brazo y con mucha, mucha hambre. Suplicaba que le dieran algo de comer o que le dieran empleo. Sus dieciocho años estaban arañados por las circunstancias de la misma guerra.
Anita estaba fuera y cuando regresó a casa habían fusilado a su padre y a su hermano.  Les presentaron a unos contrabandistas y marchó con ellos a Portugal.
En la misma casa que estaba Andrés le dieron de comer y le buscaron alojamiento en casa de una vecina.
La habitación era pequeña y oscura. Tenía una pequeñísima ventana por la que difícilmente podría entrar una persona y además estaba protegida por dos barrotes cuadrados de hierro formando una cruz. Arrimada sobre la pared estaba la cama con un jergón de paja y una pequeña almohada. Hacía seis días que Anita no dormía tan cómodamente y aunque sollozaba recordando su casa, no tardó en dormirse.
Por la mañana, aquella mañana, como otras mañanas, los gallos cantaron. Anita se despertó.
Cuando se enteró Andrés que una extremeña huida de la tragedia como él, estaba alojada allí, sintió una especie de dolor, de angustia, de miedo pero también una cierta emoción por no encontrarse solo.
Por la mañana se vieron en la cocina y su impulso natural fue abrazarse y llorar en silencio.
No se conocían de nada pero tenían una herida, una gran brecha que los unía.
¡Esos hijos de puta!, murmuró Andrés.
¡Esos criminales!, contestó Anita.
 Andrés quiso visitar su casa. Se marchó y nadie supo jamás de él.
En el pajar donde dormía, en un agujero de la pared aparecieron muchos años después unos duros de plata de los que usaba para pagar la estancia.




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Las violencias cotidianas son muchas y en todas las épocas han existido.


Del libro de óbitos  perteneciente a 1840 hago mención a una mujer que por lo visto no mereció conocerse por el apellido o no valía la pena escribirlo:


           Antonia. Viuda. No testó por ser pobre.
En la villa de Navasfrías, partido de Ciudad Rodrigo, Provincia de Salamanca, a siete de Agosto de mil ochocientos cuarenta, falleció habiendo recibido los Santos Sacramentos de Penitencia, Sagrado Viatico y Extremaunción, Antonia, vulgo porquera, viuda pobre, se enterró con oficio de tres lecciones y Misa de cuerpo presente, de edad cincuenta y seis años, de calentura nerviosa, para que conste lo firmo fecha ut supra. Antonio Cirilo Morán.
Que cada cual piense lo que quiera…
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Hay violencias tal vez consentidas y que en los medios de comunicación pueden aparecer de otro modo como en el caso de la pareja de jóvenes enamorados que trataron de escapar desde Hoyos por Navasfrías a Portugal en el año mil novecientos veintiocho y que el periódico Nuevo Día, de Cáceres, reproduce el uno de diciembre de ese año.
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Culto a lo femenino

En la actualidad hay como un guiño político a la mujer que con sus reivindicaciones va ocupando un lugar merecido. Merecido por sus valores y no por la voluntad política que siempre aparece oportunista y se lanza  a  fabricar trajes a su gusto para que el ciudadano adopte su  moda “prêt à porter” sin tener en cuenta que el ideal y el gusto son muy personales, es decir, que el traje a medida sienta mejor aunque nos resulte inalcanzable, pero la medida en la que debe encuadrarse tanto la mujer como el hombre debe estar en su propia capacidad para escalar los puestos que juzgue necesarios dentro de la sociedad. La historia dará a la mujer la relevancia que se merece desde siempre sin necesidad de que otros tiren de la cuerda cuando no es necesario. Su propio tirón es irrefrenable.  El péndulo de la igualdad ha comenzado su vaivén buscando el lugar exacto, el punto humano que le corresponde por naturaleza. Esto en cuanto a la cuestión práctica de la vida, porque la mujer siempre ha ocupado un pedestal de divina, de diosa madre de todos y aunque  siga habiendo nerones que matan a su propia madre, no se puede generalizar con el resto y creer que todos los demás son iguales ni se puede creer en el victimismo también oportunista que algunas mujeres adoptan.
Asistimos al parto de un nuevo estatus para las mujeres pero también a la creación de pedestales que si los llegan a ocupar debe ser por merecerlos con su propia valía. Sin jabón.


Todos tus nombres.

Una llanura inmensa,
un azul imposible a mis abrazos, y tú,
montaña quieta de mis nieves,
del agua que fundida se revierte al manantial de sed:
amor de campos.
Vuelo por tu sol, escarcha verde donde un mago pincela luces,
perfumes de la tierra   en un  abrazo.
Escucho tu voz en el relámpago,
huyo de niño por mis calles  y pronuncio tu nombre:
¡Madre!
¡Qué soledad!
¡Qué triste desvarío la orfandad de esta llanura y sus atajos!
Crezco por la lluvia,
me detengo en alguna esquina de los años y te encuentro:
¡Mujer!
entre las hadas de algún cuento en mi cuarto.
Y eres la piel soñada de la noche
que despierta a la  luz de una mañana dorada como el sol.
Un paraíso, llanura inmensa, azul imposible,
hace crecer mis pasos por tus pasos.
Oye mi voz  ahora  que el eco no confunde mi llamada,
tiempo de polen,  de néctar, de silueta desnuda, de agua clara.
Despierta los nombres  que resisten
al amo de la voz que nunca suena más allá de nosotros.
¡Mujer!
Eres nombre de todo.
Yo te canto y me voy.
Se apaga la luz de una pasión relámpago,
cicatriz  acerada de tu sangre y mi carne
que se va por un rio al caudal sospechado.
Sé que no eres silencio y en tus nombres te amo,
mujer de mis encuentros.

(De mi poemario Idolatrías) Tomás Acosta Píriz

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Vivencias y violencias en aquellos días de contrabando, días de estraperlo en los que muchas mujeres tuvieron un protagonismo  especial en el continuo ir y venir con mercancías traspasando la raya, esa frontera cuyo riesgo eran los guardias y guardiñas y que hoy nos parece mentira y nos demuestra que desde donde se ejerce más violencia es desde el poder o los poderes que hacen leyes antihumanas ejerciéndolas a rajatabla aquellos que se las creen al cien por cien sin pararse a medir las consecuencias.

Violencias como las de quitar media docena de huevos o aplastarlos contra la ropa de alguna mujer o niño que los traía escondidos bajo su mantón o jersey. Violencia al imponer en los caminos naturales de toda la vida la injusticia de hacer pagar por lo mínimo la ley hecha para lo grande. Hubo persecuciones, cárcel, muertes que algunas cruces marcan. No era suficiente la violencia del clima del invierno como en 1934 tuvieron aquellos tres hombres que habían ido a buscar aceite a Eljas y murieron de frío bajo una tormenta de nieve en la sierra o la pobre mujer de Foios regresando solitaria desde Valverde a su casa en un día lluvioso y desangrándose dejó a tres criaturas en el camino porque tuvo un parto inesperado:


 -Tragedia en Foios-
Curtida en el viento,
en la débil claridad y el gris plomizo;
por el risco de la sierra
se estremece
un grito de vida,
la ventisca
acalla su voz,
lava el nuevo cuerpo
la lluvia virginal que purifica.

Una llama de amor queda apagada,
apenas su luz logró encenderse.

La campana
espera llorar aquel silencio de grito que nació para ser muerte.

Se repite el destino otras dos veces.

Rompen a la madre sus tres hijos
en el parto andariego,
entre genistas.
 Vibrante el quejido anuncia el fin,
late un corazón enfebrecido,
se detiene el dolor,
la vida es hilo que se va desangrando.

Un pueblo se congrega,
se hace calle,
alfombra dolorida,
calor de cera,
tez amarilla de un esposo,
lloro al son de la campana que golpea
las sienes del sentido...
...y caminan, caminan tras la muerte que enrejada de paz reposa herida.

Los candiles de luz esparcen sombras.
Los granitos contemplan su dureza,
Contenido dolor, testigo en piedra.
Nítidos adornos invernales
han marcado el sendero de la pena.
El tiempo cumplido agonizó a la madre.
De contrabando se fue a buscar la noche eterna.

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Dolor y angustia para la mujer madre o la mujer esposa llena de preocupación en las noches  de macutos  a la espalda o viajes a caballo a veces hasta Plasencia o cruzando el río Tajo por Talaván.
La mujer esperando siempre el regreso:


Una calle tristona,
pozo abierto con su fondo de plata.
Agujeros de luz, faros de puerto,
mar de piedra;
ola humana de ademanes inquietos.
Silencio y niebla por las redondas alas
de tiempo muerto.
Se oyen quejidos de las aldabas.
Grita la madera su olor a miedo.
Golpean cuatro herraduras,
saltan chispas que son luceros.
De vuelta está el jinete.
Por el monte llega la noche,
lentejuelas de plata en su sombrero;
una capa negra, muy negra....
...y un rico velo.
Por los senderos,
del sol escancia la luna su luz de fuego.
Se vierte la noche fría.
Ya cruzan la frontera llegan al lecho.
Feliz se alza el destino con el regreso.
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 Hubo también buenos gestos por algunos guardias como el de comprar ropa y calzado a un niño de los que venían a transportar algún pan y de eso fui testigo y me quedó marcado como un hecho digno de destacar del corazón humano de una pareja de la guardia civil.

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Son historias conocidas las de Cleopatra, la Marquesa de Pompadour, Juana la Loca, Los amantes de Teruel o la española en la revolución Francesa, Teresa Cabarrús.

Casi nadie conoce las historias que calladamente incendian la vida cotidiana, historias de amores imposibles.

Y el amor también surgió en la frontera como destaca Nuno de Montemor en su novela “María Mim” en la que describe a un alférez al mando de un destacamento para hacer un cordón sanitario por culpa de la peste y sorprendiendo a una contrabandista de Quadrazáis se enamora de ella.

Nuno de Montemor que nació también en ese pueblo y al que su madre le había dicho: “Hijo mío, nosotros no somos cuadraceños por la sangre pero si un día fueras hombre, acuérdate siempre de la tierra donde naciste...” 
En Portugal designan a la novela, romance (En francés, la novela es “roman”). Para nosotros un romance es una composición poética.

Y basado en María Mim he tratado de resumirla así:

María Mim

Tronaban todas las nubes,
alumbraban serranías.
Negras se hacían las sombras
que un titán enfurecido
lanzaba en rayos de fuego.
Las lanzas de la tormenta
hendían sus largos cuchillos
en árboles centenarios.
Con su signo de tragedia
detrás de la noche larga,
 la luz de la madrugada
adormecía a los guardias.
Los pájaros entonaban
de junio sus melodías
cuando el incendio de sol
ocupaba un nuevo día.
Se retiraba la hueste
de nubes batalladoras,
de algodones silenciosos
que dibujaban banderas.
Las aldeas madrugaban
con el humo entre sus tejas
Los segadores cantando
caminaban a la siega
“desde la noche venimos
a buscar el pan que grana
en los surcos bendecidos
para el hambre de las almas.
El viento no disfrazaba
las olas que entre el centeno
contrabandistas nadaban
para vararse en la tierra.
Cansados por la vertiente
hacia una bandera blanca,
se dirigía María Mim
con su piel morena al alba.
Como águila en el aire
un oficial oteaba
rasgos en el horizonte
sin saber lo que esperaba.
Las genistas amarillas
eran testigos dorados
del centeno y las espigas,
de un surco que agonizaba.
 No eran las alas perdidas
del viento. No era serpiente
lo que reptaba en la cima
hasta otras blancas genistas.
Bajo un sombrero de paja
un rostro ya se adivina
de una mujer muy hermosa
Contrabandista muy fina.
Como un cordero hacía el lobo
Su estrella le hizo de guía.
Aquel pañuelo en un árbol
Ya de nada le servía.
Sólo ella equivocada
Dejó el camino, seguía
tal vez un presentimiento
que al oficial llevaría.
Se oía cada pisada
cada roce que llegaba
hasta el capitán del alba.
Muchacha que erró el camino
con un cuerpo de princesa
en traje de segadora
llena de pavor. Erguida
temblaba ante el oficial
Como si un lobo fuera
Que le causara una herida
“hueles a rosa y claveles
rostro de color de trigo
pareces la diosa Ceres
ojos de color de noche.
Usted oficial parece
 el día de azul mirada
como estos cielos de cumbre
con el sol que es alegría
Mas su rostro contraído
delataba sus secretos
de mirada entrelazada
de ojos entre día y noche.
Deshójate de esas ropas
que hacen tu cuerpo sin líneas.
No tocaré tu piel
ni en tu rostro haré caricias.
Se rasgaron vestiduras
que sobre el suelo caídas
dejaron a María Min
con sus líneas definidas.

 Dentro de dos corazones
florecieron sus heridas
en rosas de amor sembrado
entre los surcos de espigas.
Pálida, color de muerte
Su rostro desesperado
suplicaba al oficial
abrazando sus rodillas.
Azul de seda a sus pies
Surgió la doncella viva
Con sus manos de oración
Y la luz en sus pupilas.
Solamente valgo yo
A una madre pobre y vieja,
Líbreme usted de la cárcel
Quédese con mi bagaje
y así pagaré mi deuda.
Pañuelos, puntillas blancas
Y damascos amarillos,
cintas a los pies cansados
formaron una flor bella
donde surgía María Min
con una figura esbelta.
————( poema inacabado

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También un guardia que estuvo en Navasfrías se enamoró de Carmen, una portuguesa de las que anduvo el camino muchas veces y de este hecho hago esta descripción poética:

AMOR EN  LA  FRONTERA

Llegan ya los días de Abril
y por los viejos senderos
la primavera regresa
reventando brotes nuevos
de vida que se derrama.
Ya muchas flores han vuelto.
Carmen está en el camino.
Carmen de los ojos negros.
Carmen muy blanca de piel.
Carmen de pelo moreno.
Entre las ramas floridas
están los nidos primeros
y cientos de golondrinas
han vuelto ya a los aleros.
Hay un camino de tierra
por el que andan dos pueblos
y una frontera han marcado
desde antiguo sus guerreros.
 El amor no sabe nada
de muros ni de extranjero.
Ángel es guardia de España,
Ángel es carabinero.
Carmen de largas pestañas.
Carmen de red en el pelo.
Carmen de los ojos grandes
tiene mirada de cielo.
Es de lusitana cuna
y su andar deja en el suelo
huellas de pequeños pies
que van y vienen de nuevo.
¿Qué dirían los ojos de Ángel
al cruzarse con luceros
que eran los ojos de Carmen
con aquella luz tan dentro?
Carmen de la blusa blanca
y falda de terciopelo,
de cabellos ondulados.
Carmen con blanca mirada
hizo a un guardia prisionero.
Ángel quisiera ser siempre
el guardia de aquel sendero.
El amor no es contrabando,
su corazón le es sincero.
 Carmen de pálida tez,
de manos con finos dedos.
Carmen de labios rosados
y de voz de caramelo.
Dulce Carmen, cuando habla
parece decir te quiero.
A Ángel aquella mirada
le prende el alma muy dentro,
hierve la sangre en sus venas
cuando la voz  oye lejos.
El amor no sabe nada
de fronteras ni de fueros.
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Como columna vertebral de esta exposición, comencé escribiendo sobre Eudoxia Píriz Diego nacida en 1893 en Navasfrías.
Doña Emilia Pardo Bazán en su obra “La mujer española” editada en 1890, dice que además de temporal la función de la maternidad es adventicia: todas las mujeres conciben ideas, pero no todas conciben hijos. El ser humano no es un árbol frutal que sólo se cultive con la cosecha”
Un 8 de marzo de hace 103 años, Alfonso XIII autorizó una Real Orden para que las mujeres pudieran realizar estudios superiores.

Según mi opinión y creo que la de la mayoría no obtuvieron nada que no se merecieran antes. Es lento el camino por los obstáculos que hay que salvar y que sobre todo están en las fronteras mentales de la sociedad. Hoy las universidades están llenas de mujeres y hasta se gradúan como médicos, más mujeres que hombres.

El día de la mujer, ocho de marzo de este año, leí en Onda Cero  estos dos poemas y así me despido dejando tantas cosas por decir, otras anécdotas que contar referidas a nuestra historia cercana y olvidada.

ES UN BONITO DÍA
Amanece por los cuatro costados.
No es un día cualquiera.
No abarca la claridad desparramada.
Las sedas de la nieve van al río.
Comienzan a vestirse las montañas.
Los trajes del jardín una vez más.
La brújula indica un mismo sitio.
Hace frío.
La luna ocupa un tiempo predecible.
Como hiedra el humo en chimeneas.
En la historia, dormidas las palomas.
Ha vuelto la mujer con su silencio.
Avanza paso a paso.
La mujer con su filo.
La mujer milenaria.
La mujer madre.
La mujer tierra.
La mujer espada y paz.
La mujer de rostro desconocido.
La mujer fuerza, sendero, poder.
La mujer natural, la mujer natural,
la mujer natural...

No es un día cualquiera.
Es un bonito día.

Los poetas se ponen muy pesados con algunos temas como el amor y la muerte. Yo no sé lo que soy pero también soy pródigo en lo mismo y como pienso que el amor hay que demostrarlo cada día os leo este segundo poema dedicado a la mujer.




Hagamos justicia poética.

Quiero crear una canción
adivinar su imagen, su verso
expresar la geometría de su voz,
cavar la música en su cuerpo,
atravesar la batalla, ser su héroe,
amarla por encima del dolor,
contarle nuevos campos, nuevas rosas,
rezar, rozar su piel, orarle siempre,
profanar su pedestal, su lecho,
burlar la seriedad, ser su sonrisa,
encender el fuego de su hoguera,
alumbrar el presente, su futuro,
cazar los misterios de su nombre
descifrar el tacto de sus dedos
de sus besos, guardar todas las huellas,
del misterio de su luz, hacer poesía,
atrapar a dios entre los dos,
vivir sencillamente en el destino,
renunciar a ser yo en el amor,
ambicionar su vida y no la muerte,
ser aire que respira cercanías
de una diosa creada para mí.
Exiliarme en esta hoja para siempre,
gritar que es deidad la que yo amo,
página en blanco: la mujer.




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Carta dirigida a Don Emilio Acosta Caballaero


“Siento no poder estar unos días a vuestro lado para recordar  mis primeros pasos y las personas que aún me recuerdan…Si pudiéramos  el año que viene  iríamos a veros mi hermana Sofía y yo, pues no quiero morir sin ver de nuevo el pueblo y aunque lo tengo en la memoria me han dicho que ha cambiado mucho.”
( Eudoxia Píriz)




BIBLIOGRAFÍA
Margarita García Barranco y Enriqueta Barranco Castillo, Eudoxia Píriz Diego (1983-1980) Recuperando una mujer para la historia
Archivos Diocesanos, Navasfrías, Bautismos
Tomás Acosta, Cartas de Don Pedro Píriz Alejo y Eudoxia Píriz Diego
Ana Bravo Cuiñas, Una historia de retrocesos y Avances.
Manuela Dunn Mascetti, Diosas, La canción de Eva
Canelas (Lageosa), Transmisión oral

J.Rito (Soito), Transmisión oral
Nuno de Montemor, María Mim
Carlos Fisas, Historia de las historias de amor.
Idolatrías (Poemario inédito) Tomás Acosta Píriz
Hemerotecas: El Adelanto de Salamanca; La Información, de Salamanca;
La Opinión, Diario de Salamanca; El Magisterio Salmantino;
El Independiente; El Porvenir; Diario Republicano;
El Heraldo; Diario Oficial de Avisos de Madrid; Nuevo Día; de Cáceres; B.O.P de Cáceres.
Boletín de Primera Enseñanza de la Provincia de Salamanca;
Gaceta de Instrucción Pública y Bellas Artes; El Magisterio Español;
La Provincia, revista salmantina;
El Fomento, revista de intereses sociales;




Soy de esta tierra que me acoge
con sus piedras adornadas de genistas,
sus montes escritos con veredas,
sus brazos verdinegros,
los tenues azules que a la vista
recrean paraísos no perdidos.
No soy de los mares con sus olas
pero navego a las estrellas de estas noches
de pulcra claridad que se derrama
uniéndose a las sombras de las peñas.
Estoy aquí sobre los pasos
de anónimos viajeros que grabaron
la nada de su estancia pasajera.
Por ellos me pregunto, no hay respuesta
aunque amaron los riscos de la sierra
aunque fueron paisaje que era vida.
Por ellos me pronuncio con el sueño
que apenas este instante es el que dura.
Después habrá un asiento ya vacío
bajo el rumor del viento.
Tomás Acosta Píriz


 TOMÁS ACOSTA PIRIZ
Serrano, 1
37500 CIUDAD RODRIGO